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Jueves, Diciembre 6
SIN DESVIO RUMBO AL CALVARIO
“Y, mientras estaban allí, se le cumplió el tiempo. Así que dio a luz a su hijo primogénito. Lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en la posada. (Lucas 2:6-7 – NVI)
Ahora, tu pensarías que si Dios gobernara el mundo de tal manera que utilizara un censo de todo el imperio conocido para traer a José y a María a Belén, El segúramente hubiera facilmente arreglado las circumstancias para asegurar una cuarto de hotel para su estadía.
Sí, El lo hubiera podido hacer. Y Jesús hubiera podido haber nacido en una familia adinerada. El hubiera podido convertir piedras en pan cuando estaba en el desierto. El hubiera podido ordenar que 10,000 angeles vinieren a su ayuda en el monte de Getsemaní. El hubiera podido bajar de la cruz y haberse salvado a sí mismo. La pregunta no es la que Dios podría hacer, pero lo que el desea hacer.
La voluntad de Dios fue que aunque Jesús era rico, llegó a ser pobre por nuestra causa. Todos los avisos alrededor del pueblo anunciando que “no había habitaciones disponibles” eran por nuestra causa: “Ya conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que aunque era rico, por causa de ustedes se hizo pobre, para que mediante su pobreza ustedes llegaran a ser ricos” (2 Corintios 8:9).
Dios gobierna sobre todo – Inclusive sobre la capacidad de motels- por causa de sus hijos. El camino al calvario empieza con un aviso de “No hay espacio” en Belén y termina con escuparajos y burlas de la cruz en Jerúsalen.
Y no debemos olvidar que El dijo, “Si alguien quiere ser mi discípulo, tiene que negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirme” (Mateo 16:24).
Nosotros vamos con El en el camino al Calvario y le escuchamos decir, “Recuerden lo que les dije: “Ningún *siervo es más que su amo.” Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán. Si han obedecido mis enseñanzas, también obedecerán las de ustedes. (John 15:20).
Al que grita entusiasmádamente, “Te seguiré donde quiera que vayas!” (Mateo 8:19). Jesús responde, “—Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza” (Mateo 8:20).
Si, Dios podría haber tenido una habitación para su nacimiento. Pero ello habría sido un desvío de el camino al calvario.
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